Los colores del verano rinden tributo al verde lima y al amarillo cítrico como si cubrieran a la moda con la paleta de colores más ácidos. Son tonos que al llevarlos hacemos fiestas de luz, de oro silvestre, y abrimos dos mitades de milagro. Los tonos verdes y los amarillos se presentan en las alfombras roja más importantes y en las calles del mundo.
Para una tarde de poesía y tragos de limón, nada tan perfecto como la transparencia de un vestido de seda en una silueta sesentera, los estampados de un mono retro de Blumarine o el acierto de un remerón que se decanta por el color block en Marni.
En cuanto a los complementos, se mezclan con tonos pasteles, desde el rosa y el naranja hasta los azules. Es la tendencia perfecta para disfrutar de una temporada que se vive al aire libre. Ya tenes el look… sólo encuentra tu forma.